El oficio de Alambiquero
El famoso orujo gallego
En este pequeño vídeo que veréis a continuación hacemos unas preguntas sobre su trabajo a Luis Cid Fernández, uno de los últimos alambiqueros de la provincia de Ourense y tal vez uno de los útimos de Galicia:
Qué hacía un alambiquero?
Por todas las aldeas de Galicia iban los alambiqueros con sus potes a las casas que los solicitaban para hacer las posturas de aguardiente que tuviesen. Su tarea consistía en cargar y descargar el bagazo del alambique además de colaborar haciendo el aguardiente. Los alambiques tenían la inscripción y el dni del alambiquero, el cual pagaba un tanto anual para tener derecho a ir con él por las aldeas a realizar su profesión.
Hasta hace pocas décadas se empleaba leña para cocer el bullo en el alambique. Cuando se generalizó el uso del gas butano fue cambiando la manera de calentar el pote. Así como mantener la temperatura con la leña no era tarea fácil, con el butano tampoco resultaba sencillo. Normalmente se hace el orujo cuando el tiempo es frío y la bombona ha de meterse en agua tibia para que siga desprendiendo el butano a la misma presión.
El primer aguardiente que saca el alambique tiene muchos grados y mucha fuerza. Luego según van pasando las horas cada vez sale más floja, por ello, es preciso ir probando su fuerza a lo largo de las horas de la producción. Se separan estes dos tipos de aguardientes, la más fuerte de cabezas y la más débil o zanganilla. El trabajo de mezclar ambas hasta conseguir un equilibrio es un proceso que requiere mucha experiencia.
Cómo evoluciona el oficio
Desde hace unos diez años no es habitual que vengan alambiqueros por las aldeas debido en parte a varios factores:
- Las gentes que viven en las aldeas son menos y los viñedos también. Se produce poco vino y no hay bagazo suficiente.
- Antes el orujo producido por los labriegos era vendido por los mismos en las ferias y era un complemento más para los ingresos de la familia.
- Hoy nadie compra el aguardiente a los particulares. Se vende bajo un consejo regulador y sólo las bodegas registradas tienen el derecho a venderla, previo pago de los correspondientes impuestos.
- La falta de venta, así como la escasez de viñedos. Ambos son algunos de los motivos que hace que la figura del alambiquero no sea precisa en las aldeas.
- Se pueden adquirir en las ferias alambiques para hacer pequeñas producciones para el consumo. Los que quedan ahora en la mayoría de las villas son de este tipo. Las producciones actuales son de una veintena de litros y apenas cubren el gasto anual de la casa, pues los gallegos son amantes del café con orujo después de las comidas.
El licor de hierbas y el licor café son también producidos por gente madura que aún conserva los conocimientos que recibieron de sus predecesores. Estos exquisitos licores son elaborados a partir del orujo.
En Portomarín, a principios de abril, cada año se celebra una de las fiestas más importantes de Galicia relacionadas con este producto, la feria del aguardiente de Portomarín. La manera que tienen en esta zona de hacer este preciado líquido espiritoso es con Alquitaras aunque antiguamente lo más frecuente era que el alambiquero portase el Alambique. Pese a que ambos artefactos se usen para lo mismo y tengan un funcionamiento semejante difieren en su diseño.