Los Zapateros
Eran los que hacían los zapatos y los empeños para los zuecos. Un empeño era el cuero que tenían que reblandecer empleando un grade seijo rolado y pequeñas piedras pulidas con las que se batía el trozo de piel que se iba a emplear en el calzado. Los agujeros se hacían con trades o con la troquesa.
Para coser el cuero usaban subelas y para trabajar en ellos los colocaba en un trípode de hierro llamado Bigornia.
En cada casa de cada aldea de Galicia había alguien que hacía los zuecos para el resto de la familia. La base era de madera y el resto el cuero, los empeños se los compraban a los zapateros. Estos zuecos llevaban dos herraduras: una en el tacón y otra en la planta para que fuesen más duraderos.
En cuanto aparecieron las bases de goma fueron dejando de fabricarse y los zapateros comenzaron a hacer botas y zapatos. Las botas de piel de becerro fueron muy apreciadas por los campesinos ya que untadas con grasa de caballo eran impermeables y mantenían los pies calientes.
Después, la profesión se limitó a poner tacones y suelas nuevas, a coser y a la reparación del calzado en general.