Siempre en la Aldea

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Exposición Siempre en la Aldea

Casa de la Cultura Poeta Lois Pereiro de Monforte de Lemos

Del 07/07 al 07/08 de 2015

La tierra seca trajo la necesidad de agua, ahí fue cuando ellos inventaron los pozos, así como sus casas de piedras.

Tras la ventana, la vieja le contaba la historia al recién nacido pajarito.
Y le siguió narrando los de las Zuecas.
Aquellos que usaban los carros y que en cuernos de vacas llevaban piedras de afilar guadañas y hoces para la hierba y los tojos segar.
Cansados de trabajar unos decidieron marchar, llevando lo poco en cajas y muchos sin poder volver, dejando los zuecos y la leche para los que decidieron quedarse.
Cichones de saucos, hombres más valientes que osos y tan afeminados como mujeres en los Carnavales del rural.
Así pasaban los días entre trabajos y romerías. Sin importar quien moría el patrón salía de procesión y luego las meriendas para festejar la ocasión.
No faltan dulces en la fiesta, no falta pulpo en la feria y en Santiago los iscos en los guizos promueven juntanzas en aldeas y villas.
Las mujeres cogen frutas en la huerta y con lo de la finca hacen el pan.
Pacieron las becerras el maíz y poco quedó natural para las gallinas y la para la ceba lograr.
Murieron los cuentos en las largas noches al lado del alambique, no hay olas ni barreños hechos con nuestros barros, ni lana, ni lino, ni palilleras más que en las ferias.
En otoño, los colores crean hermosos paisajes y en las aldeas luce la leña para calentar a los que quedamos en los tibios inviernos de nuestras tierras.
Y en un plis plas.. vuelve el verde a agrumar, pero son pocos los grandes fresnos que consiguen un nuevo año brotar.
En algunos ríos se podrá pescar y en las pistas bacheadas las bicicletas rular y los mayores pasear. Esto lleva a ver a la cigüeña un buen lugar para criar.
Mamarán los niños en las aldeas y nacerán amapolas sin pan para flores de nogales y calas mirar.

Reflexión

Si no hay niños, no habrá viejos, ni gente que trabaje nuestras tierras. Los pajaritos no volverán a escuchar historias porque no tendrán quien se las cuente,  ni cantaran por no tener sembrados de los que alimentarse.

El pasado no volverá  y una vez extinta por completo esta antigua manera de vivir su lengua también desaparecerá.

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